“Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven por él” (Lc 20, 38).
Jesús afirma que la resurrección no es una simple continuación de la vida, sino una vida nueva y distinta; una vida de plenitud. Descubre la vida en los pequeños detalles del día.
Un saludo, el canto de un pájaro, un amigo, el trabajo, la sonrisa de alguien querido. La resurrección todo lo invade.
Contempla la vida que te rodea, alégrate por ella y contagia buen humor en tus ambientes. La paz se construye en la cotidianeidad.
Ofrece tu día por la intención del mes.
Padrenuestro.
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