Cuando la gente te muestra sus limites (“No puedo hacer esto por ti”), te sientes rechazado. No aceptas el hecho de que los demás no puedan hacer por ti todo lo que esperas de ellos. Deseas un amor sin limites, un cuidado sin limites, una entrega sin limites.
Parte de tu lucha es fijar los limites de tu propio amor; algo que nunca has hecho. Das lo que la gente te pide, y cuando piden mas, das mas, hasta que te sientes exhausto, usado y manipulado. Solo cuando puedas fijar tus propios limites, podrás reconocer, respetar y hasta estar agradecido a los limites de los demás.
En presencia de las personas que amas, tus necesidades aumentan y aumentan, hasta que ellas se sienten tan agobiadas por tus necesidades que prácticamente están obligadas a dejarte para sobrevivir.
La gran tarea es reclamarte a ti mismo para ti, de manera de poder contener tus necesidades dentro de los limite de tu propio ser y controlarlas en presencia de aquellos a quienes amas. La verdadera reciprocidad en el amor necesita de personas que se controlen y que se puedan entregar al otro sin dejar de seguir aferradas a sus propias identidades. Entonces, para entregarte mas efectivamente y también para contener mas las propias necesidades, debes aprender a fijar limites a tu verdadero amor.
Henri Nouwen
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