Tu paso por este mundo debe ser el reflejo de la presencia de Jesús en tu vida y te compromete a ser signo de esperanza entre tus hermanos.
Tú puedes llevar esa palabra oportuna que ayuda a tu hermano a recobrar la confianza en sí mismo ante las dificultades.
Alienta a los demás a sentirse personas en construcción en manos de Dios el Alfarero.
Respeta sus procesos y estimúlalos a que sigan dando pasos aún en medio de tormentas.
¡Siembra esperanza!
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