jueves, 22 de noviembre de 2018

RECONOCER QUE SOMOS PECADORES


«Es vano pensar en poder corregirse sin el don del Espíritu Santo. Es vano pensar en purificar nuestro corazón solo con  un esfuerzo titánico de nuestra voluntad: eso no es posible. Debemos abrirnos a la relación con Dios, en verdad y en libertad: solo de esta manera nuestras fatigas pueden dar frutos, porque es el Espíritu Santo el que nos lleva adelante. Dios es el único capaz de renovar nuestro corazón, a condición de que le abramos el corazón. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5, 3). Sí, benditos  aquellos que dejan de engañarse creyendo que pueden salvarse de su debilidad sin la misericordia de Dios, que es la sola que  puede sanar el corazón. Solo la misericordia del Señor sana el corazón.  Bienaventurados los que reconocen sus malos deseos y con un corazón arrepentido y humilde, no se presentan ante Dios y ante los hombres como justos, sino como pecadores»

Francisco
Audiencia General 21-11-18
Viñeta: Leonan Faro 


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