pero mis palabras no dejarán de cumplirse.
Marcos 13, 31
La mayoría de las personas, incluso creyentes, no piensan con frecuencia en la Segunda Venida de Cristo. La idea de morir y presentarse a juicio ante Dios, o peor aún, de que Jesús aparezca de repente y nos juzgue sin aviso previo es capaz de llenarnos de nerviosismo e inseguridad. Pero esta no es la actitud que la Iglesia quiere que tengamos al pensar en el grandioso y triunfante regreso de Cristo en toda su gloria.
Citando al profeta Daniel, el Señor dijo que “Verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad” (Marcos 13, 26; Daniel 7, 13). Para todos los que creemos y confiamos en Cristo, su Segunda Venida será una ocasión de enorme gozo y júbilo; será el momento en que nuestro Rey y Maestro volverá a la tierra a librarnos de una vez por todas de las lágrimas y los dolores causados por el pecado que ha infectado al mundo entero. Él llevará a todos los fieles al cielo, para estar a su lado en cuerpo y alma para toda la eternidad. Esto es lo que le pedimos en el Padre Nuestro cada vez que oramos: “Venga a nosotros tu Reino.”
El hecho de saber que hay una vida después de ésta debe ser para nosotros motivo de enorme esperanza. Si no fuese así, la vida en la tierra se limitaría a intentos desesperados por gozar al máximo de todos los placeres momentáneos, y después… ¡nada! Si deseamos vivir cada día en la presencia del Señor, amándolo, tratando al prójimo con amor, y deseando experimentar la vida de Jesús, nos llenaremos del anhelo de que el Señor venga a completar la obra que dejó iniciada.
En cambio, los que no quieren conocer a Jesús ni han saboreado la vida divina, piensan que la Segunda Venida será nada más que causa de desastres, calamidades y juicio. Para nosotros los creyentes, esa gloriosa manifestación de Cristo será el acontecimiento más sublime y esplendoroso que tanto esperamos. Aceptemos la obra de Dios hoy mismo y preparémonos para la hora en que Jesús regrese a llevarnos a vivir con él en la gloria de la eternidad.
“Amado Señor Jesús, quiero presenciar tu Segunda Venida en gloria y quiero irme contigo al cielo.”
Daniel 12, 1-3
Salmo 16(15), 5. 8-11
Hebreos 10, 11-14. 18
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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