Cuando hablamos de sanación y liberación no podemos olvidarnos nunca de la palabra ORACIÓN"
Quien quiera que sea el ministro de sanación y liberación, quiera que sea también quien está empeñado en un camino personal de su propia sanación y liberación, la oración será siempre el punto de partida!
La oración deberá ser siempre el centro y el fundamento de ese caminar!
Pero, ¿cuándo la oración se vuelve un camino de desierto para nosotros? Cuando por medio de la oración intentamos buscar a Dios y parece que no lo conseguimos ni conseguimos ver un poquito Su Luz, ¿qué debemos hacer? ¿Cómo caminar?
Quien quiera que sea el ministro de sanación y liberación, quiera que sea también quien está empeñado en un camino personal de su propia sanación y liberación, la oración será siempre el punto de partida!
La oración deberá ser siempre el centro y el fundamento de ese caminar!
Pero, ¿cuándo la oración se vuelve un camino de desierto para nosotros? Cuando por medio de la oración intentamos buscar a Dios y parece que no lo conseguimos ni conseguimos ver un poquito Su Luz, ¿qué debemos hacer? ¿Cómo caminar?
La pregunta no es tan simple como parece, pues existen realidades en nuestras vidas, situaciones que vivimos que hacen realmente que no tengamos gusto alguno por la oración, no deseamos rezar, no queremos rezar, y todo lo que parece llevarnos a la oración se vuelve un gran peso...
Pero, ¿de dónde viene eso? Será que es algo que no viene de Dios? será que puede ser del maligno?
¿Por qué no quiero rezar más? ¿Qué debo hacer?
La verdad es que la respuesta para esa pregunta a pesar de ser corta, creo que todavía debe ser una respuesta más exacta, y que a pesar de ser corta es la única que aprendí y verifiqué que funciona en todos mis años de caminar!
Cuando nuestra vida de oración se vuelve cansadora, se vuelve lenta, cuando no tenemos mas voluntad de rezar; y ni siquiera sabemos de donde vienen todos esos pensamientos y no deseos, la respuesta es:
Pero, ¿de dónde viene eso? Será que es algo que no viene de Dios? será que puede ser del maligno?
¿Por qué no quiero rezar más? ¿Qué debo hacer?
La verdad es que la respuesta para esa pregunta a pesar de ser corta, creo que todavía debe ser una respuesta más exacta, y que a pesar de ser corta es la única que aprendí y verifiqué que funciona en todos mis años de caminar!
Cuando nuestra vida de oración se vuelve cansadora, se vuelve lenta, cuando no tenemos mas voluntad de rezar; y ni siquiera sabemos de donde vienen todos esos pensamientos y no deseos, la respuesta es:
¡Continúa rezando!
Es ahí cuando puedes preguntarte: "Pero Danilo debe estar loco?! Acabé de decir que no tengo voluntad alguna, que no quiero, que no siento nada!!!
Y lo que el me responde es:
Es ahí cuando puedes preguntarte: "Pero Danilo debe estar loco?! Acabé de decir que no tengo voluntad alguna, que no quiero, que no siento nada!!!
Y lo que el me responde es:
-¡Continúa rezando!
Es exactamente eso lo que he aprendido, a pesar de que muchas veces en la práctica me cueste mucho! Rezar sin voluntad, leer la Palabra de Dios sin "sentir gusto", esforzarse para iniciar el Santo Rosario, luchar con mi día a día agitado y corrido para participar de la Santa Misa... y así mismo, sin sentir nada, no dejarme llevar por la "ola del momento"...
La oración es un combate: Por ella llegamos a Dios siempre, quiera que sintamos o no lo sintamos, llegamos al corazón de Dios! Y porque la oración es un combate, no podemos parar de rezar, no podemos ser arrastrados por un momento de desgano, por un momento de desolación, de desierto.
Porque aún cuando no sintamos nada y hasta no deseemos rezar, y tomamos la iniciativa de rezar, allí Dios se manifiesta, allí ganamos de cierta forma una fuerza para proseguir, somos revestidos por la fuerza que contiene la oración, que siempre será una fuerza de encuentro con Dios...
Pero cuando optamos por no rezar, el mayor peligro que corremos es el peligro del pecado! Si nos dejamos envolver por esa ola de dormición, por ese desierto; es cierto que que si no reaccionamos el pecado irá tomando un espacio en la vida, dentro del corazón, en las decisiones... Y así, al revés de ir volviendo a rezar con más gusto, iremos perdiendo cada vez más el deseo por la oración, iremos perdiendo cada vez más el deseo por corresponder a los diferentes desafíos del día a día, y es bien probable que el pecado vaya ganando fuerza de de uno, y hasta que olvidemos que somos personas de Dios, y olvidemos al propio Dios!
Esto es muy serio y no estoy exagerando!
El pecado tiene por obligación en su esencia quebrar todo y cualquier vínculo que tengamos con Dios, que tengamos con las cosas de Dios!
Es por eso que cuanto más caemos en pecados y no volvemos a Dios rápidamente, más nos va pareciendo que Dios está lejos de nosotros!
Cuantas personas conocí que eran profundamente de Dios, pero que se dejaron llevar por una especie de dormición en la vida de oración y acabó que no rezaban más, no adoraban, no leían más la Palabra de Dios; es por eso que fueron dejando y olvidándose del propio Dios!
Imaginen que la vida de estas personas se volvió una desgracia!
La oración es un combate: Por ella llegamos a Dios siempre, quiera que sintamos o no lo sintamos, llegamos al corazón de Dios! Y porque la oración es un combate, no podemos parar de rezar, no podemos ser arrastrados por un momento de desgano, por un momento de desolación, de desierto.
Porque aún cuando no sintamos nada y hasta no deseemos rezar, y tomamos la iniciativa de rezar, allí Dios se manifiesta, allí ganamos de cierta forma una fuerza para proseguir, somos revestidos por la fuerza que contiene la oración, que siempre será una fuerza de encuentro con Dios...
Pero cuando optamos por no rezar, el mayor peligro que corremos es el peligro del pecado! Si nos dejamos envolver por esa ola de dormición, por ese desierto; es cierto que que si no reaccionamos el pecado irá tomando un espacio en la vida, dentro del corazón, en las decisiones... Y así, al revés de ir volviendo a rezar con más gusto, iremos perdiendo cada vez más el deseo por la oración, iremos perdiendo cada vez más el deseo por corresponder a los diferentes desafíos del día a día, y es bien probable que el pecado vaya ganando fuerza de de uno, y hasta que olvidemos que somos personas de Dios, y olvidemos al propio Dios!
Esto es muy serio y no estoy exagerando!
El pecado tiene por obligación en su esencia quebrar todo y cualquier vínculo que tengamos con Dios, que tengamos con las cosas de Dios!
Es por eso que cuanto más caemos en pecados y no volvemos a Dios rápidamente, más nos va pareciendo que Dios está lejos de nosotros!
Cuantas personas conocí que eran profundamente de Dios, pero que se dejaron llevar por una especie de dormición en la vida de oración y acabó que no rezaban más, no adoraban, no leían más la Palabra de Dios; es por eso que fueron dejando y olvidándose del propio Dios!
Imaginen que la vida de estas personas se volvió una desgracia!
Por esto entiende una cosa bien seria:
No necesitamos sentir nada para tener una vida de oración que nos mantenga en Dios! No necesitamos sentir nada en la oración, no necesitamos ser tocados en nuestras emociones, quedar alegres, sonrientes, salir satisfechos y cosas por ese estilo... La Oración, lo sientas o no lo sientas, tiene la fuerza de llevarte al Corazón de Dios!
La oración por aquello que es es la que te dejará bajo la protección de Dios, gracia y fuerza!
Entonces, de una vez por todas: Nunca pares de rezar,
nunca desistas de la oración...
Sé insistente contigo mismo, actúa en contra de la ola que quiere dejarte lejos de la oración!
Tengo la certeza que si haces esta experiencia, recogerás frutos mayores! Y llegará si, el tiempo en que nuevamente el gusto por la oración florecerá, volverá el tiempo en que seras motivado por los buenos sentimientos, llegará el tiempo en que sabrás exactamente lo que Dios quiere de ti, porque Él oyó por medio de la oración!
La oración por aquello que es es la que te dejará bajo la protección de Dios, gracia y fuerza!
Entonces, de una vez por todas: Nunca pares de rezar,
nunca desistas de la oración...
Sé insistente contigo mismo, actúa en contra de la ola que quiere dejarte lejos de la oración!
Tengo la certeza que si haces esta experiencia, recogerás frutos mayores! Y llegará si, el tiempo en que nuevamente el gusto por la oración florecerá, volverá el tiempo en que seras motivado por los buenos sentimientos, llegará el tiempo en que sabrás exactamente lo que Dios quiere de ti, porque Él oyó por medio de la oración!
Pero mientras ese tiempo no llegue, lucha contra todo lo que quiera apartarte de tu momento de oración y reza!
Espero que puedas compartirme los frutos de tu perseverancia!
Dios bendiga tu lucha!
Dios bendiga tu lucha!
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