Jesús venció la muerte por ser obediente a la voluntad de Dios. Él se despojó de Sí mismo; miró fijamente a Dios y nunca dejó de hacer el bien. Muchas veces sufrimos porque no desviamos los ojos de nosotros mismos.Quiero invitarte a sacar los ojos de ti mismo y de tus problemas: Miremos Jesús! Miremos a nuestros hermanos que sufren y que necesitan de nuestros actos de amor.En la voluntad de Dios está nuestra victoria. En la obediencia está nuestra sanación. En el amor, nuestra salvación. ¡Miremos a Jesús!
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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