¡Buen día, Espíritu Santo!
Aunque existan días grises de 24 horas;
aunque las neblinas se empecinen en permanecer;
Mi voz se alza para decirte ¡Ve, espero por Ti!, ¡Espero en Ti!
¡Ven y llena con Tu Suave unción las profundidades de mi ser!
Llena mis vacíos y superficialidades;
Llena mis silencios y mis ruidos;
mis alegrías y tribulaciones.
Y así, rebosante de Tu Presencia,
enderece mis caminos,
encuentre el rumbo cierto,
la Paz que nace el encuentro Contigo.
Dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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