¡Existe amor en ti!
Pero, desgraciadamente si no sientes ese amor, terminas diciéndote a ti mismo que no amas. Te acusas y te condenas por eso.
Cuando estamos vueltos hacia el Señor, sentimos Su amor y empezamos a amar: volvemos a la vida. Sabemos que pasamos de la muerte para la vida, porque el amor de Dios está en nosotros. Porque estamos vueltos hacia Él, comenzamos a amar al prójimo.
No es posible amar a los demás si no amamos a Dios en primer lugar. No es posible amar a Dios si no sentimos el amor de Él por nosotros.
Necesitamos experimentar que fue Dios quien nos amó primero. Porque somos amados y experimentamos Su amor, comenzamos a amarlo también. Y amando a Dios, comenzamos también a amar el prójimo.
Existe amor en ti. El amor de Dios fue derramado en tu corazón por el Espíritu Santo que nos fue dado. Si ese amor no se manifiesta es porque sobre él cayeron fuerzas de muerte, y lo sofocaron. Dios quiere quitar todas esas fuerzas de muerte y hacer que experimentes ese amor.
¡Dios te bendiga!
Traducción: Thaís Rufino de Azevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario