¡Buen día, Espíritu Santo!
Si digo ¡Ven!, es en esperanza,
Si digo ¡Ven pronto! es en alegría,
porque sé que vendrás a visitarme.
Tú que has cuidado mi descanso,
que has restaurado las fuerzas de mi cuerpo,
hoy, en torno al Altar de la Vida,
alimentado por el Pan de la Gracia,
restaura mi espíritu,
venda mis heridas,
acrecienta mi fe,
Dame Vida Nueva en Ti!
Escucho, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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