¡Buen día, Espíritu Santo!
Abro por gracia los ojos al nuevo día,
y todo ya me habla de Tí.
¡Nada existiría si tu Aliento no lo sostuviese!
Nada sería sin Tu Gracia santificante...
¡Ven, llena, penetra, incendia, fortalece y consuela!
¡Ven y cura, alivia, reconstruye, sana y venda nuestras heridas!
¡Ven e ilumina, enciende y clarifica nuestro pensar!
Asienta nuestros pasos en Los Pasos,
y sé en mí aquello que Eres: ¡Santo, Santo, Santo!
¿Qué podemos hacer juntos hoy?
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