¡Buen día, Espíritu Santo!
mi Dios-Amigo, mi Dios cercano!
Si mi rostro encuentra su sonrisa temprano
¡sé que eres Tú quien la ha sembrado!
Si mi vida se levanta revestida de esperanza..
¡Sé que eres Tú quien la ha despertado!
¡No deje Tu Amor de asistirme,
de consolarme,
de santificarme!
¡Ven y despierta lo que aún permanece dormido dentro de mi!
Reanima mis capacidades entumecidas,
que ellas encuentren su bendición en el servicio.
Dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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