La juventud no puede tener miedo de hacer sus propias decisiones
Muchas veces al compartir con los jóvenes que así como yo, se sienten llamados a una vocación, escucho esta frase: “Tengo miedo de equivocarme, de no ser ese el lugar que Dios tiene para mí”. Ese es un cuestionamiento que siempre aflige el corazón de aquellos que están descubriendo su vocación.
Mirando para mi corto camino vocacional percibo que yo también me hice esa pregunta y que no es más que un miedo disimulado de preocupación. Eso: miedo.
El jóven tiene miedo de decidirse por algo, de tomar una decisión definitiva por la cual él será el único que llevará las consecuencias. Muchos buscan personas, palabras y señales para confirmar su vocación, lo que en muchas situaciones puede significar el deseo de responsabilizar a alguien por sus actitudes. El jóven tiene miedo de decidir por su vida.
Ese miedo comienza a partir del momento en que él percibe que está creciendo, madurando y comprometiéndose. Es en este momento que, la mayoría de veces, Dios entra en su vida y lo llama. ¡Ahora se tiene que decidir!
Vivimos en una sociedad que no cree más en opciones definitivas, no cree en la eternidad. Es en esa sociedad que los jóvenes de hoy se ven.
¡Pero hay un camino! Dios, cuando llama a alguien, lo hace de forma definitva. Su llamado no depende de ti, de tu querer o de tu miedo. Claro, es El quien te llama pero eres tú quien le da el Si. Así, a pesar de que huyas y corras, el llamado siempre estará en el corazón del Padre. Si cambias de idea, El estará listo para conquistarte nuevamente.
No tengas miedo de arriesgarte en el camino que te lleva a la voluntad de Dios. No tengas miedo de equivocarte, de percibir más adelante que no era ese el lugar que Dios había separado para ti. Dios aprovecha de todas tus experiencias para hacerte crecer. Si ese lugar no es el punto de llegada, durante la carrera el Señor te mostrará el desvío. ¡No tengas miedo de arriesgarte!
Independientemente de la vocación – matrimonio, sacerdocio, vida consagrada o hasta una vocación profesional- en el mundo siempre existirán dos tipos de personas vocacionadas por Dios: las que se arriesgaron y descubrieron la verdad del Señor para ellas y las que nunca dieron pasos y se quedaron siempre preguntándose: “¿Y si hubiera ido hacia esa dirección?. Tu eres quien escoge el tipo de persona que quieres ser.
Todos tenemos miedos. Yo los tuve y los tengo. Pero cada vez que ese miedo salta en mi corazón, recuerdo a quien me llamó. Recuerdo que fue Dios quien me llamó, y El puede cuidar todo, basta que yo se lo permita y de pasos en fe.
¡El secreto es arriesgarse! Nadie que busca la voluntad de Dios, se equivoca. Si te lanzas, El hará el resto.
¡Dios bendiga tu vocación!
Diácono Renan Felix
Comunidad Canción Nueva
fuente: Portal Canción Nueva en español
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