¡Buen día, Espíritu Santo!
Abro mi corazón y mis labios para decirte: ¡Ven!
¡Ven y fluye!
Enséñame el camino que he de seguir;
Dame el buscar siempre el Bien;
El contemplar Tu Gloria y Tu Poder
manifestado en lo pequeño,
hecho fuerza en lo débil;
Abre mis ojos a Tus Bendiciones,
a Tu Paso firme, suave y santificador.
¡y modela!
¡amasa y modela la arcilla blanda de mi vida!
Dime,
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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