Don de lenguas
Padre Eduardo Braga
Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com
Una religiosa italiana llamada Beata Helena Guerra pidió al Papa León XIII que consagrase al Espíritu Santo el siglo XX, pues había una profecía de que, en ese tiempo, las almas serías despertadas para Dios. Fue el alma de la Iglesia que despertó nuestras almas. El siglo XX fue el mayor período de manifestaciones de dones carismáticos no sólo para los católicos, sino también para otras religiones.
Nosotros celebramos San pedro y San Pablo. "En verdad les digo, todo lo que ligues sobre la tierra será ligado en el cielo y todo lo que desates sobre la tierra, también será desatado en el cielo" cfr. Mt 18,18.
Cuando León XIII consagró el siglo XX, la Iglesia estaba ligada al cielo.
El objetivo de este tiempo nuevo, que comienza hoy en Canción Nueva, es llevar a las personas a hacer una experiencia personal con el Espíritu Santo.
No es para quedarnos con miedo de los dones del Espíritu, pues como el Papa Francisco nos dice: "Estamos viviendo un tiempo de crísis". También monseñor Jonas dijo antes de Pentecostés: "Soy fruto del Espíritu Santo, la Canción Nueva también es fruto de Él. La solución para el mundo es el Espíritu de Dios". Por más que todos estemos pasando por esa crisis que afecta al mundo y a la iglesia, tenemos una solución: el Paráclito".
Yo viví el don de lenguas desde que era adolescente. Me desperté un sábado por la mañana y encontré un mensaje arriba de la heladera. En él estaba escrito: "Fuimos a la feria". La Biblia estaba encima de la heladera también. Cuando me dí cuenta, comencé a orar de una manera que ni yo entendía. Mis hermanos, Dios quiere darnos el don de lenguas"
El año pasado, fuimos para Marajó, a conocer una comunidad muy carente, donde nadie tenía contacto con los dones carismáticos, ni los niños, pero ellos comenzaron a hablar en lenguas. Tal vez, también hayas recibido ese don, porque precisas de el más que los otros. Si lo tienes, debes saber que él precisa ser acogido, no entendido. Cuando no entendemos, dicen los santos, "nos postramos y lo acogemos".
"Que la oración en lenguas sea el oxígeno de nuestra alma", dice el padre Eduardo.
Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com
San Pablo dice: "Embriaguense no de vino dulce, sino de Espíritu". El don de lenguas ya existe desde la Antigua y Primitiva Iglesia. Mira los que dicen los Hechos de los Apóstoles Capítulo 2,43-44: "De todos ellos se apoderó el temor, pues por los apóstoles fueron hechos también muchos prodigios y milagros en Jerusalém y el temor estaba en todos los corazones. Todos los fieles vivían unidos y ponían todo en común".
La oración en lenguas es una señal. En Marcos 16,17, leemos: "Estos milagros acompañarán a los que crean. Espulsarán los demonios en mi nombre, hablarán nuevas lenguas, pisotearán serpientes y, si beben algún veneno mortal, no les hará mal; impodrán las manos a los enfermos y ellos quedarán curados".
Percibimos que, desde Pentecostés, ese don fue muy común. No sólo Jesús habló del don de lenguas, sino también los apóstoles lo recibieron. La Iglesia es el lugar donde florece el Espíritu Santo.
Romanos 8,26 habla sobre la vida en el Espíritu Santo: "Somos débiles, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos como pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos inefables". Cuando estamos delante de una situación en que no sabemos rezar, debemos orar en lenguas, porque es una oración pura y desinteresada.
El Papa Benedicto XVI hizo una serie de documentos sobre la oración, en los cuales el habla que ella es un modo de estar delante de Dios; ella tiene su centro y su profundidad en las raíces de cada persona. El Espíritu crea en nosotros la oración y el canto.
Para quien quiere abandonarse totalmente en Dios, basta orar en lenguas. Es difícil decifrar aquello que hablas en la oración, porque sólo tu sabes lo que vas a decir. El Papa emérito también dice "que toda oración está sujeta a malos entendidos"
En 1 Cor 14, San Pablo da una catequesis del don de lenguas a la asamblea. El da reglas y normas a la comunidad en tres modalidades: orar, cantar y hablar en lenguas. San Pablo dice que es necesario un intérprete de lenguas. De ahí, es preciso que halla el don de la interpretación. Pero no como una traducción común. El don de interpretación es dado a otra persona por el propio Dios.
1Cor 14,2: "Quien está hablando en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios". Debes estar abierto a ese presente de Dios, y no quieras obligar a las personas a orar. La oración es libre. ¿Cuándo puede orar en lenguas? ¡siempre!. Puedes hasta orar en lenguas silenciosamente. ¡No se lo impidas al Espíritu"
El Papa Francisco se encontró con la Renovación Carismática Católica y también habló de este tema. El dijo que no se puede aprisionar al Espíritu. En Buenos Aires, Argentina, Francisco dijo que, después de celebrar la Misa, en la catedral, ellos cantaban en lenguas.
La oración en lenguas nos da un contacto más íntimo con Dios. El padre Jonas, fundador de Canción Nueva, dice: "Es por medio de la oración en lenguas que nos aproximamos al Señor". Si quieres orar en lenguas, basta ceder al don. Pide Espíritu Santo. Que la oración sea el oxígeno de su alma".
Transcripción y adaptación de la prédica:
Jakeline Megda D'Onofrio.
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Padre Eduardo Braga
Vigário Episcopal do Vicariato rural da Arquidiocese de Niterói (RJ)
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