martes, 13 de noviembre de 2018

Meditación: Lucas 17, 7-10

Santa Francisca Javiera Cabrini, a quien recordamos hoy, nació en Italia en 1850, y fue la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada.

Por haber nacido prematuramente, su salud fue delicada toda su vida. En 1877 profesó los votos religiosos, y luego pasó a ser la madre superiora del orfanato “Casa de la Providencia” en Codogno, Italia, donde ejercía la enseñanza.

En 1880 se convirtió en una de las fundadoras del Instituto de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y a pocos años el obispo de Piacenza la invitó a colaborar con sus misiones en América, en favor de los emigrantes italianos en Nueva York, diciéndole:

“Sería bueno, Madre, que usted enviara a sus hermanas a América. Abrimos una misión en Nueva York con una capilla y estamos a punto de abrir otra, tal vez por Navidad; creo que en esa ciudad sus hermanas podrían hacer mucho bien a nuestros emigrantes.” A Nueva York y zonas cercanas habían llegado recientemente unos 50.000 italianos, la mayoría de los cuales ni siquiera sabían los Diez Mandamientos y no más de 1.200 iban a Misa los domingos.

Muchas fueron las dudas que ella tuvo por lo que significaría tal misión, por lo que se dedicó a orar intensamente, buscar consejo y pedir una audiencia con el Papa León XIII. La noche del 24 de febrero de 1889, la madre Francisca tuvo un sueño y en una visión habló con su madre, la Virgen María y con el Señor, quienes la instaron a no tener miedo de ir a América, porque todo estaba preparado.

La madre Cabrini y sus hermanas llegaron a Nueva York el 31 de marzo de 1889. Más tarde, abrieron casas en Chicago, Seattle, Nueva Orleáns, Denver y Los Ángeles. La comunidad empezó a extenderse también en Italia e incluso llegó a Nicaragua. En Nueva Orleáns, los italianos vivían en condiciones infrahumanas, y la presencia de las misioneras fue de enorme provecho para ellos.

La madre Cabrini murió repentinamente el 22 de diciembre de 1917, tal vez más por agotamiento que por edad, pues solo tenía 67 años. Sus restos se conservan en el Colegio Cabrini, en Nueva York. Fue canonizada en julio de 1946. El milagro que habilitó su canonización fue la cura de una enfermedad terminal de una monja. En 1950, el Papa Pío XII la proclamó Santa Patrona de los Inmigrantes y en 1952 fue declarada “La inmigrante italiana del siglo”.
“Santa Francisca Javiera Cabrini, Patrona de los Inmigrantes, ruega por nosotros.”
Tito 2, 1-8. 11-14
Salmo 37(36), 3-4. 18. 23. 27. 29

fuente Devocionario católico La Palabra con nosotros

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