lunes, 5 de noviembre de 2018

QUE EXHALES EL PERFUME DEL AMOR Y DEL PERDÓN


Santidad es enfrentar todas las situaciones de nuestra vida, pero enfrentarlas con amor, alegría y paz. Aún cuando me desprecian, incluso si la muerte llega, aunque parezca que no tengo más suelo bajo mis pies, incluso cuando somos traicionados: Debemos enfrentar todo con amor.

Cuando enfrentas situaciones así, tu cabeza comienza a funcionar y revives todo, acabas martirizándote y parece que aquello no se desapega de ti, ¿porqué sucede esto? Porque has enfrentado todo con rabia, rencor, odio y sentimiento de venganza.
En las cosas más difíciles en la vida, el Espíritu Santo sopla amor. Es un amor sufrido, doloroso, amor de Cruz, de martirio. ¿Tu hijo está en las drogas? Eso es demasiado doloroso; es un martirio. ¿Tu marido está bebiendo? ¡Eso es terrible!  debes decir que no aguantas más.
¡Mi hermano, mi hermana, solos no aguantamos! Es por el Espíritu que lograremos superar y enfrentar todo eso. Es con el amor de la Cruz que tendrán gestos y señales concretos de amor.
Tal vez no sea tu marido o tu hijo, y sea tu superior, tu compañero de trabajo, tu hermano religioso o de grupo de oración que te hace sufrir. Nuestra primera reacción es la impaciencia y hablamos a todos lo que estamos viviendo. Murmuramos, criticamos y acabamos llenos de odio. Solos no cambiamos eso, sólo con la fuerza del Espíritu Santo.
Cuando perdonamos nos abrimos al amor. Esto nos trae una gran paz, la paz que el mundo no conoce y tal vez tampoco tu la conoce todavía. Que puedas exhalar el perfume del amor y del perdón.
Señor, que no exhale mi cólera, sino el resto de amor que hay en mí. ¡Ese es el secreto de la santidad!
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib 
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués



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