«El Señor nos llama a aprender a multiplicar con creatividad los bienes que poseemos para usarlos con generosidad en favor de nuestro prójimo, y de este modo crecer en la caridad y en la libertad… Que el Señor Jesús nos conceda entender que la vida no es un tiempo para poseer sino para amar con nuestros bienes, porque solo tenemos aquello que sabemos donar… Nadie es dueño absoluto de los bienes: es un administrador de los bienes. La posesión es una responsabilidad: “Pero yo soy rico de todo…” – esta es una responsabilidad que tienes-. Y todo bien sustraído a la lógica de la Providencia de Dios es traicionado, traicionado, en su sentido más profundo. Lo que poseo realmente es lo que sé dar. Esta es la medida para saber si administro bien o mal las riquezas; esta palabra es importante: lo que realmente poseo es lo que sé dar. Si yo sé dar, si estoy abierto, entonces soy rico, no solamente de lo que poseo, sino también de generosidad, generosidad también como un deber de dar riqueza para que todos participen de ella. De hecho, si no puedo dar algo, es porque eso me posee, tiene poder sobre mí y me esclaviza»
Francisco
Audiencia General 07-11-18
Viñeta: Leonan Faro
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