Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo:'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'.¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo."
RESONAR DE LA PALABRA
Queridos hermanos:
A Jesús nadie le puede acusar de no hablar claro. Promete la salvación, la vida eterna, la santidad, la alegría, pero a cambio de aceptar la propia cruz. Esa cruz que es tan fácil de dejar, pero tan difícil de asumir. A nuestro alrededor, mucha gente vive como ellos quieren. No desean ni siquiera oír hablar de cruces. Se ve que les falta el encuentro personal con Cristo.
Porque para dejar todo y seguir a Jesús, es necesario primero haber tenido un encuentro personal con Él. Cuando el Maestro nos ha mirado, nos ha tendido la mano y nos ha dicho ven y sígueme, no es tan difícil dejar nuestras seguridades. Después hay que ser fieles, y para eso necesitamos conocer de qué medios disponemos, y hasta dónde podemos llegar con nuestras fuerzas.
El mismo Jesús nos dio ejemplo de cómo se debe vivir, entregándose en cada momento a los otros, viviendo para ellos, muriendo por ellos. Si alguien se guarda todo lo que Dios le ha dado, está viviendo como él quiere y no como Dios quiere. En la Vida Religiosa hay un dicho: en Comunidad, no muestres tu habilidad. Pobre vida, la del que vive así, sin entregarse, sin dar todo lo que puede. Ojalá nosotros no seamos así.
Dicen los exégetas, las personas que estudian la Biblia, que el evangelista Lucas escribe a una comunidad que necesita estar centrada en lo importante, a pesar de las preocupaciones terrenas, y sin poner ninguna excusa a lo que la fe le va pidiendo. Es decir, una comunidad que tiene que hacer una opción fundamental por Cristo y por el Evangelio, para no diluirse en el mundo y mantener su identidad como cristianos. Creo que esto vale también para nosotros, cristianos del siglo XXI. ¿Te alegras de haberte encontrado con Cristo? ¿Has dejado algo por Él? ¿Estas dispuesto a seguirle, sabiendo quién eres tú y Quién es Él? ¿Cargas cada día con tu cruz? ¿Le pides ayuda para llevarla? Preguntas duras, pero útiles, para poder ser un buen cristiano.
CR
No hay comentarios:
Publicar un comentario