viernes, 9 de noviembre de 2018

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Juan 2,13-22.

Evangelio según San Juan 2,13-22.
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalény encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesasy dijo a los vendedores de palomas: "Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio".Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?".Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar".Los judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?".Pero él se refería al templo de su cuerpo.Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

Se celebra hoy la dedicación de la Basílica de Letrán. El nombre oficial es de la misma es el de Archibasilica Sanctissimi Salvatoris. Es la más antigua y la de rango más alto entre las cuatro basílicas mayores o papales de Roma. Su título honorífico es el de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput» (madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y del mundo), por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el Papa. Fue consagrada por el papa San Silvestre en el año 324. Su celebración anual es un signo permanente de amor y de unidad con el Romano Pontífice.

Hasta aquí, datos históricos, más o menos conocidos. Sería bueno ir un poco más allá, y preguntarnos qué significa esta celebración para nuestra vida de cristianos. Habida cuenta de que Pablo, en su Carta a los Corintios, nos recuerda que somos templo de Dios. No vaya a ser que venga Cristo y nos limpie por la fuerza…

Las medidas de Jesús son radicales. Se trata de una limpieza total de la casa de Dios, para que esa casa sea casa de oración. Hay que tener claro el objetivo. Mañana lo escucharemos de otra manera, cuando nos hablen de la imposibilidad de servir a dos señores, a Dios y al dinero. Hoy se ocupa del templo, porque era el lugar donde se concentraba la espiritualidad judía, el lugar de la alianza, donde Dios siempre se encontraba con su pueblo. Allí se había concentrado una gran cantidad de mercaderes. Se había perdido el horizonte. Y Cristo nos lo recuerda. Dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y cada cosa en su sitio, y un sitio para cada cosa.

La primera lectura nos recuerda que nuestro cuerpo es templo de Dios. Y sería bueno hacer una limpieza general, de vez en cuando, para que no se nos acumulen demasiadas cosas, no siempre compatibles con nuestra condición de seguidores de Cristo. En nuestro templo no habrá palomas para el sacrificio, pero quizá sí haya pasiones desordenadas (dinero, sexo, comida) y necesitemos que el Señor venga, nos vuelque las mesas y nos permita comenzar de nuevo. Revisa tu interior, a la luz de la Palabra, y deja que Cristo te limpie. Verás la vida de otra manera.

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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