Recoge el día y recupera la quietud interior. Agradece lo vivido hoy. De todas las personas que hoy encontraste
¿Quién ha necesitado especialmente de ti? ¿Has podido responder a esa necesidad? Revisa el amor puesto al servicio de “los más pequeños o necesitados”.
¿Te has entregado y servido con amor o has “trabajado mecánicamente”? ¿En qué podrías crecer en adelante?
Apunta un propósito.
Dios te Salve, María...
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